A lo largo de más de 4.000 millones de años, la naturaleza ha adquirido un cierto conocimiento en diseño. Entonces, ¿por qué no aplicar esto a la producción humana? De esto se trata el biomimetismo. Utilizado por la investigación científica, este conocimiento es también muy apreciado en la arquitectura. ¿Hasta qué punto la naturaleza tiene modelos eficientes para enseñarnos a limitar nuestro gasto energético? Respuesta en este artículo tras una entrevista con Nicolas Vernoux-Thélot, arquitecto y fundador de la empresa de arquitectura In Situ y diseñador de la iglesia de Nianing.
Según Darwin, la Naturaleza ha dado e impuesto a ciertas especies las claves para una evolución exitosa. Si bien este proceso de selección es bien conocido genéticamente o biológicamente, es igualmente importante en términos de adaptación del hábitat. Este es el caso de ciertos árboles, que están conectados por una vasta red subterránea y forman un solo ser vivo. En los climas cálidos, una de las expresiones más espectaculares de la naturaleza es probablemente el termitero. Aprovechando los flujos de aire, el termitero ofrece una temperatura constante de alrededor de 27°C, mientras que el ambiente exterior puede alcanzar una temperatura de 50°C.
En vista de estas eficientes y muy evolucionadas estrategias de supervivencia adaptables, es por lo tanto muy pertinente considerar su aplicación a la producción humana, particularmente en climas cálidos.
La singularidad de la biomímesis en comparación con otros procesos de diseño
La biomímesis arroja luz sobre cómo los sistemas biológicos resuelven los problemas. Aunque es extraordinaria en una escala evolutiva, la inteligencia humana difiere de la de la Naturaleza. La investigación tiende a probar que la naturaleza es tanto perezosa como inteligente en la forma en que resuelve los problemas. En efecto, a pesar de su aspecto sofisticado y de la rapidez con que se aplican, la mayoría de las soluciones artificiales son "rudimentarias y aditivas". En otras palabras, los procesos humanos se basan en el uso de màs materiales y energía (ambos recursos caros) para acelerar las reacciones. Los procesos naturales, por otra parte, explotan geometrías y propiedades materiales que son únicas, a riesgo, es cierto, de sacrificar un gran número de individuos antes de que se produzca una respuesta satisfactoria.
La contribución de la biomímesis a la arquitectura
La arquitectura es una disciplina influenciada por muchos aspectos de las ciencias naturales y sociales. Entre estas influencias, la inspiración de la biología está actualmente en auge. En el campo de la construcción, la naturaleza puede inspirarnos de muchas maneras y podría ayudar a mejorar el desempeño ambiental de los proyectos y así enfrentar los desafíos del desarrollo sostenible.
Tanto si se trata de mejorar el aislamiento o la ventilación de los edificios como la calidad de los materiales y la solidez de las estructuras, las soluciones aplicadas suelen ser muy eficaces. Esto es aún más cierto en una sociedad que cada vez más se vuelca en el ahorro de recursos.
Los especialistas en biomímesis están de acuerdo en que actualmente hay dos enfoques posibles:
bien buscamos fenómenos en la naturaleza que puedan responder a cuestiones de desarrollo sostenible y tratamos de transferirlos a la arquitectura, partimos de problemas arquitectónicos y tratamos de encontrar en la naturaleza los fenómenos que podríamos transferir.
Ambos enfoques requieren una actividad multidisciplinaria que implica la cooperación de biólogos y arquitectos.
Inspirados por la naturaleza en un clima cálido
La particularidad de la construcción en los climas tropicales o desérticos es que se lleva a cabo con mayor frecuencia en entornos con fuertes limitaciones naturales, ya sea en lo que respecta a la temperatura, las precipitaciones, los fenómenos climáticos o telúricos o la gestión de los recursos. Al tener en cuenta la vegetalización en el diseño de las ciudades, es posible reducir el efecto de las islas de calor.
La naturaleza también proporciona una fuente inagotable de formas geométricas, diseños y colores. Inspiraciones que pueden ser tomadas diariamente por los arquitectos en el desarrollo de sus planes. Esto es particularmente cierto para la densificación de las ciudades en climas cálidos, mientras que al mismo tiempo se respeta una disposición que las hace más cómodas y energéticamente eficientes. La anticipación del plan urbano y su adaptación a las condiciones locales permite una mejor regulación de los flujos de aire y la optimización de la captación solar.
El termitero: una fuente de inspiración para la biomímesis
El termitero es sin duda uno de los mejores ejemplos de una fuente de inspiración para la biomímesis en climas cálidos o tropicales. La gestión de la corriente de aire resultante puede aplicarse, en efecto, a todo tipo de edificios. Desde el centro comercial tradicional, como el Centro Eastgate en Zimbabwe, o la iglesia de Nianing, que adopta su forma, principio y color de manera estilizada.
Entrevista de Hassan Abouzid
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