En Julio de 2007, salió a la luz un estudio realizado por la Universidad de Michigan sugiriendo que la agricultura ecológica podría acabar con el problema de la alimentación a escala mundial. Entiéndase como agricultura ecológica, según define la FAO (Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), como aquella explotación agrícola autónoma basada en la utilización óptima de los recursos naturales, sin emplear productos químicos de síntesis, u organismos genéticamente modificados (OGMs), -ni para abono para combatir las plagas-, logrando de esta forma obtener alimentos orgánicos a la vez que se conserva la fertilidad de la tierra y se respeta el medio ambiente. Todo ello de manera sostenible y equilibrada.
Un nuevo estudio publicado en Nature concluye que el rendimiento de los cultivos de la agricultura ecológica son en general, más bajos que en la agricultura convencional. Esto es prácticamente cierto para el cultivo de cereales, alimentos básicos de la dieta humana, sin embargo, la brecha es mucho menos importante para ciertos cultivos, y bajo ciertas condiciones según los autores del estudio.
El estudio publicado en Nature, muestra un análisis exhaustivo de la literatura científica actual sobre las comparaciones entre el rendimiento orgánica-convencionales, tiene como objetivo arrojar luz sobre el debate, a menudo acalorado, sobre los métodos entre ambos modelos de cultivo. Hay quienes señalan a la agricultura convencional como una gran amenaza ambiental que socava los recursos de la biodiversidad y el agua, además de liberar a la atmósfera gases de efecto invernadero. Otros argumentan que a gran escala, la agricultura ecológica se preocupa más de la tierra dónde se cultiva que de hacer llegar los alimentos a la mayoría de la población mundial que padece hambre.
"Para lograr una seguridad alimentaria sostenible que seguramente tiene técnicas diferentes, incluyendo las convencionales ecológicas, y los posibles sistemas de 'híbridos' (para producir más alimentos a precios asequibles) se ha de garantizar el medio de vida a los agricultores y reducir los costos ambientales de los procesos de cultivo en la agricultura", concluyen los investigadores.
En general, los la producción de alimentos ecológicos es un 25% más baja que la convencional, según se desprende del estudio. La diferencia varía ampliamente entre los distintos tipos de cultivos y especies, sin embargo, la producción de leguminosas y plantas perennes, como la soja y las frutas, por ejemplo, se asemejan más a la obtenida en los cultivos convencionales. Es más, el estudio sugiere que cuando se optimiza la gestión en los cultivos ecológicos, los rendimientos totales son un 13% inferior a los convencionales.
"Estos resultados muestran que los sistemas orgánicos de hoy en día, casi pueden competir con los convencionales, pero sólo en algunos casos - con los tipos de cultivo particulares, condiciones de cultivo y prácticas de gestión - pero a menudo no lo hacen," dicen los autores del estudio. Las mejoras en las técnicas ecológicas, o la adopción de ellas en condiciones ambientales propicias para esta técnica, pueden ayudar a cerrar la brecha de producción".
Los rendimientos en la producción, son sólo una parte del conjunto de factores económicos, sociales y ambientales que deben tenerse en cuenta a la hora de medir los beneficios de los diferentes sistemas agrícolas. "Tal vez nos estemos haciendo la pregunta equivocada. En lugar de preguntarnos si los alimentos provienen de cultivos ecológicos, quizás deberíamos preguntarnos si dichos cultivos son sostenibles, agregó el profesor Ramankutty.
Los resultados apuntan a la necesidad de ir más allá del debate entre ambas técnicas. Mediante la combinación de prácticas ecológicas y convencionales, de tal manera que se maximice la producción de alimentos, el bien social y la reducción al mínimo el impacto ambiental, podremos crear un sistema alimentario verdaderamente sostenible".
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