jueves, 23 de junio de 2011

Un nuevo Arca de Noé




Nos es familiar la historia bíblica de Noé y la construcción de su arca donde por mandato de Dios debía alojar a su familia y parejas de cada especie existente al inicio del mundo para preservarlas del gran diluvio universal, consecuencia inmediata de la destrucción en la tierra. Como nos expone el Génesis en el Antiguo Testamento, algunos pensadores ambientales han definido una unidad de planificación llamada “El Arca de Noé” con base en componentes socio-ambientales ante la crisis ambiental que existe en la tierra y su entrada a la Era del Clima y la Energía.

Antiguo Testamento: Génesis

Esta historia del Antiguo Testamento, narrada en Génesis Cap. VI, refiere que viendo Dios a la tierra corrompida por la conducta corrupta de todos los mortales sobre ella, le dijo a Noé: llegó ya el fin de todos los hombres decretado por mí; llena está de iniquidad toda la tierra por sus malas obras; los exterminaré junto con la tierra. Así ordenó a Noé, a quien consideró justo en medio de esa generación, a construir para él un arca de madera bien acepillada con unas medidas específicas, techo con descarga de agua, puerta ubicada en un costado y tres pisos de altura. Y le dijo: “He aquí que voy a inundar la tierra con un diluvio de aguas para hacer morir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo”. Pero a Noé le dijo Dios: contigo estableceré mi alianza y entrarás con tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos, todos los animales de todas las especies macho y hembra para que vivan contigo para que puedan conservarse. Tomarás contigo de toda especie de comestible.

Así hizo Noé todo lo que Dios le encomendó. En siete días, le advirtió Dios, haré llover cuarenta días y cuarenta noches y exterminaré todas las criaturas animadas que hice. Noé, su familia y todos los animales se montaron al arca. Se rompieron todos los depósitos del grande abismo de los mares y se abrieron las cataratas del cielo. Llovió durante cuarenta días y cuarenta noches. Crecieron las aguas y lo cubrieron todo. Todo desapareció y solo quedó Noé con lo que tenía en su arca. Un año y dos meses después de haber ocurrido el diluvio, ya habían bajado las aguas y Dios le ordenó salir del arca, crecer y multiplicarse. Dijo: Pondré mi arco en las nubes en señal de alianza.

Administrando el Ambiente

Para Friedman (2008) nosotros los que vivimos en la Tierra, nuestra civilización, somos los responsables del Diluvio Universal actual y comparando con la narración bíblica, tenemos que construir el arca equivalente a la de Noé, muchas arcas de Noé para sobrevivir como especie. Crear arcas y no inundaciones, evitar todos aquellos factores sociales que dan origen a los grandes desequilibrios ambientales y terminan ocasionando conflictos mayúsculos, tragedias y pérdidas de biodiversidad que se traducen en más tragedias ambientales dentro de una suerte de espiral sin fin que cada vez acarrea mayores crisis dejando huellas nefastas, e irreparables en ocasiones, para las generaciones futuras.

A nivel mundial, y en Venezuela dentro de Latinoamérica con su cuota-parte, crece el número de hectáreas deforestadas, el número de toneladas de gases con efecto invernadero, el número de cuerpos de agua contaminado, la extensión de suelos desértico, el número de especies extintas, el número de arrecifes coralinos destruidos, la generación de basura ilimitada y pare usted de contar. En la actualidad se estima que se extingue una especie cada 20 minutos siendo la extinción 1.000 veces más rápido que durante toda la historia de la Tierra. Se están exterminando especies más de prisa y en más sitios muchas veces antes de conocerlas y con ellas se extermina la biodiversidad, elemento clave en la adaptación a los cambios constantes que se producen en la naturaleza.

Para tener una idea de la magnitud de la realidad que tenemos entre manos pensemos en qué pasaría si lloviera 1.000 veces más de lo que llueve en estos días. Ante este escenario y para prevenir o parar la destrucción progresiva de la naturaleza, única fuente de bienes y servicios que tenemos, se ha planteado actuar creando muchas arcas de Noé, espacios definidos donde nos ocupemos de evitar la ocurrencia de todos estos factores degradantes y la sobreexplotación de los recursos.

Cada uno de estos espacios, arcas de Noé, o ecosistemas para la conservación según Friedman, deben construirse a la medida del ecosistema siendo que es menester que la población, los decisores, las empresas, y las comunidades afectadas entiendan que la mejor inversión social-financiera es conservar el ecosistema y deben incluir los siguientes componentes: Una política de gobierno nacional que seleccione tano las áreas a proteger la biodiversidad como las áreas a explotar para asegurar el crecimiento económico; una política con oportunidades económicas para las poblaciones locales que les permita prosperar sustentablemente sin amenazar la biodiversidad; permitir inversiones del sector privado que conserven la biodiversidad a la vez que atraen capitales, tales como empresas hoteleras, turísticas o agroalimentarias y que ayuden a elevar el nivel de vida de las poblaciones locales; gobiernos locales que quieran y puedan preservar las áreas protegidas sin dejarse vender al mejor postor; asesoramiento de expertos locales, internacionales y comunitarios que permitan la planificación con precisión de las áreas protegidas y las susceptibles a desarrollarse; y la educación a todos los niveles logrando conocimiento, capacitación y hábitos en toda la población para evitar la extracción irreflexiva de sus ecosistemas y más bien eleven su nivel de vida.

En cada arca hará falta un Noé quien puede provenir de cualquier grupo social lo que sí es condición indispensable que cada Noé debe tener claro su norte, ayudar a cada cual a entender que la preservación del ecosistema es su sobrevivencia y a preservarlo.

¿En qué punto nos encontramos?

A pequeña escala se ha logrado crear arcas de Noé con sustentabilidad y éxito, formando dentro del concepto de sustentabilidad a los más pobres entre los pobres quienes viven directamente de la extracción de recursos de los distintos ecosistemas, mas no ha ocurrido así con la gran escala, esa escala globalizada de explotación de extracción de recursos masiva. El crecimiento económico y poblacional mundial acelerado demandan cada vez más recursos naturales, recursos que son limitados, presionando por una parte, los ecosistemas por la alta tasa de extracción y por la otra, los mercados aumentando sus precios.

Definitivamente hay que entender que como especie humana hemos evolucionado en la naturaleza dependiendo de todos sus factores, dependemos de ella para sobrevivir, mas ella puede prescindir de nosotros.

via: ecoticias.com

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