Este proyecto consiguió reutilizar el 95% de los materiales de construcción existentes de una casa en ruinas y crear una nueva de 260 metros cuadrados en Brisbane (Australia).
Las ventanas y puertas fueron casi los únicos elementos que se descartaron y enviaron a reciclar. El suelo de madera y casi toda la estructura se reutilizaron.
El proyecto también utilizó energía solar térmica y fotovoltaica, y un sistema de reciclado de agua de lluvia para favorecer al medio ambiente.
La orientación está pensada para minimizar el consumo de energía. Un proyecto innovador y verde que da una idea de las posibilidades del reciclaje.
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