¿En qué estado estará nuestro planeta en cuarenta años? Los expertos del
Club de Roma acaban de publicar un informe que le da a la sobrepoblación y al cambio climático un aura aún más amenazante que la que ya tienen.
A estas alturas, cualquiera puede vaticinar que la segunda mitad del siglo XXI estará marcada por sequías más pronunciadas, inundaciones más frecuentes, condiciones meteorológicas más extremas y difíciles de predecir. Después de todo, muy pocas actividades humanas descritas como catalizadoras del calentamiento global han sido modificadas; ni los países industrializados ni aquellos en vías de estarlo se han comprometido a sacrificar su crecimiento económico y a reformar sus sistemas de producción para frenar el deterioro del ecosistema.
Pero cuando es el
Club de Roma el que hace esas predicciones, como lo hizo ahora al presentar su informe 2052: pronóstico global para los próximos cuarenta años en la ciudad neerlandesa de Róterdam, todos prestan oídos. Fundada en 1968, esta organización formada por alrededor de cien expertos de treinta países, activos en los ámbitos de la ciencia, la cultura, la economía y la política, ya atizó intensos debates en 1972, cuando salió a la luz su reporte sobre Los límites del crecimiento.
Entonces, los especialistas liderados por la biofísica
Donella Meadows, advirtieron que si no se ralentizaban los procesos de industrialización, la contaminación ambiental, el crecimiento demográfico, la producción de alimentos y la explotación de las materias primas, la capacidad de crecimiento en el planeta se agotaría por completo en el siglo XXI. En el informe presentado ahora, su autor principal, el economista Jorgen Randers, pareciera anunciar que es demasiado tarde para echar marcha atrás.
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