El proyecto, patrocinado por tres compañías sudafricanas; Woolworths, Safmarine y AfriSam, llamó a utilizar un sencillo container de 12m de largo como unidad para una sala de 25 niños entre 5 y 6 años. La primera fase del concurso llamado “Hacer la Diferencia a través del Diseño”, llamó a alumnos de secundaria locales a pensar y rediseñar un container para habilitarlo como una sala de clases. El ganador fue Marshaarn Brink, de 15 años, quien cautivó al jurado con sus ideas para los exteriores, almacenaje interior, entre otras. Las ideas fueron traducidas por la oficina Tsai Design Studio, quienes también consideraron factores como el clima y el entorno.
Con un presupuesto bastante limitado, el conjunto se compone en cuatro elementos diseñados para darles el máximo uso. Por una parte, la sala de clases para niños de 5 a 6 años y que durante la tarde se transforma en una librería para el resto de la escuela. Su techo elevado protege del sol mientras que el espacio abierto permite controlar el fuerte calor. La ventilación cruzada se produce gracias a las pequeñas fenestraciones dispuestas en los costados del container.
Además, existe el área de reunión dada por un gran basamento tipo anfiteatro, que eleva el container y además da espacio para sentarse y compartir. El área de juegos, que nace como una extensión de la misma estructura del container. Y finalmente, la zona de cultivo; un muro verde, así como un jardín vertical, protege la zona de juegos del fuerte viento sur-este. Además, junto al container se despejó un sector para transformarlo en un huerto, éste ayudará a brindar un entorno más verde mientras da la posibilidad de implementar nuevos programas de alimentación.
via: plataformaarquitectura.
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